24 SEP | 09:41

Cristina Kirchner convocó a una revisión interna del peronismo

En el espacio reconocieron que la Vicepresidenta se mostró en sintonía con el gobernador bonaerense, que había pedido “componer una canción nueva”. CFK aludió a temas “álgidos”, como el impacto ...Por Brenda Struminger
...de los paros docentes en la educación. Detrás yace la necesidad de renovarse para llegar al ballotaje contra Milei
 
 
Cristina Kirchner en la UMET
 
 
En un auditorio universitario cerrado a la militancia, frente a un público muy selecto, que incluía sólo a los dirigentes más afines, y casi sin expresiones de la liturgia peronista y kirchnerista, Cristina Kirchner reapareció en la escena política después de dos meses de ausencia con aires serios, para intentar ordenar al conjunto de Unión por la Patria un mes antes de las elecciones generales. En la Universidad Metropolitana (UMET), la vicepresidenta combinó las habituales reivindicaciones de sus mandatos con un inédito llamado a la revisión interna del peronismo y el kirchnerismo, en el mismo sentido en que se había expresado hace dos semanas su histórico protegido político, Axel Kicillof.
 
 
 
La principal aspiración del Gobierno es que Sergio Massa logre entrar al ballotaje contra el líder libertario Javier Milei. Con esa idea en mente, la vicepresidenta enfocó su primer mensaje desde julio a hablar, prácticamente de manera exclusiva, de economía. En particular, disparó contra el candidato de La Libertad Avanza, pero no ahorró críticas hacia Carlos Melconian, asesor de Patricia Bullrich, a quien apuntó en un tiro por elevación.
 
Pero el tramo donde se mostró más vehemente, emotiva, y que constitiyó el momento más político de su mensaje se ubicó sobre el final, cuando prácticamente llamó a hacer una revisión de las acciones de la propia fuerza política. Sin hablar de errores directamente, se refirió, por ejemplo, al pago de presentismo a los trabajadores docentes.
 
 
“Más que autocrítica, lo de Cristina fue realismo extremo. Y lo hace porque el contexto amerita, por eso tuvo que hablar crudamente”, dijo un dirigente de alto vuelo en el esquema ultra K que acompañó silencioso y expectante a la ex mandataria desde el palco.
 
 
No fue el único del reducido conjunto de invitados que lo vio así durante la tumultuosa salida del encuentro. Otro funcionario también admitió el llamado a la revisión de CFK, lo consideró “necesario”, y agregó: “Esto demuestra que ya estamos en un balotaje. Tanto en ella, como en nosotros, está presente el sentimiento de que se está mas cerca que nunca de que la contienda sea con Milei”.
 
 
Cristina Kirchner
Los llamados de la vice a mirar puertas adentro del peronismo y el kirchnerismo no fueron pocos. Ya fuera del auditorio donde había hablado durante una hora, cuando se dirigió frente a una multitud de militantes con un tono más épico que el académico que había aplicado antes, les pidió perdón por no haber podido “cumplir las expectativas”. “Tenemos que discutir cosas que muchas veces nos hemos negado”, deslizó.
 
 
Esa parte de su mensaje complementó la autocrítica que había deslizado Axel Kicillof hace dos semanas, cuando llamó a “componer una canción nueva” en el espacio. Un señalamiento que provocó serias rispideces con Máximo Kirchner. Más allá de los cuestionamientos a Alberto Fernández, que está por completo corrido de la escena política, tanto Cristina Kirchner como Kicillof, que buscan ubicarse como los principales referentes a futuro sea cual fuere el resultado de los comicios, coinciden en que hay que trabajar en la renovación de la fuerza.
 
 
De alguna manera, la vicepresidenta hizo un mea culpa ante el electorado enojado. Si bien empezó con críticas a Milei por sus propuestas para volver a políticas al estilo de los 90, pronto les habló a los propios en clave de interna. “Es tremendo que estemos discutiendo estas cosas (que propone Milei). Sobre todo desde la experiencia de la que venimos, de la convertibilidad. No digo que las cosas estén bien, pero tenemos que discutir cosas que no nos hemos dedicado a discutir (....) La gente no se ha derechizado”, deslizó.
 
 
“En 2012, cuando era presidenta y dije lo que dije, los docentes me saltaron a la yugular. Pero compañeros y compañeras, si no discutimos los problemas que tenemos, van a venir de afuera a imponernos las condiciones. Y no van a ser las condiciones reales, van a ser otras”, sostuvo. Y explicó someramente a qué se refería con ese preámbulo: “Con Néstor pagábamos presentismo. Es algo álgido y de discusión. Pero nos pasaba que docentes que iban a trabajar a la escuela privada nos hacían huelga en la pública”, recordó.
 
 
 
 
Axel Kicillof en Avellaneda
 
El pedido de renovación que planteó Kicillof no cayó bien en La Cámpora. De hecho, después de aquel resonante discurso del gobernador, el propio Máximo Kirchner había salido a retrucarle. “No me dedico a la música, soy militante”, había dicho con ironía. Sin embargo, su madre pareció volcarse ayer por la tangente de su ex ministro de Economía. “Si no discutimos los temas, vienen estos tipos (por Milei) a discutir los vouchers, las universidades pagas. Tenemos que discutir en serio las cosas, porque nuestros motivos son verdaderos”, sostuvo.
 
 
En otros tramos de la esperada presentación de ayer, en un momento de extrema preocupación y, por momentos, de zozobra en el oficialismo por las proyecciones al alza de La Libertad Avanza en las encuestas, Cristina Kirchner relativizó su ausencia en la campaña hasta ahora; señaló que ya había predicho el resultado ”en tres tercios” en las Primarias, y, sobre todo, confrontó con Milei y con Carlos Melconian, a quien la candidata de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, designó como su principal asesor y eventual ministro de Economía si gana los comicios.
 
 
“Los economistas tienen una mirada autoindulgente. Melconian, (Domingo) Cavallo, (Carlos) Sourrouille, dicen que la política no puede intervenir en la economía (...) Uno puede ser ortodoxo, clásico, neoclásico, pero no se puede fingir ni hacer ficción, porque finalmente la realidad termina estallando”, sostuvo.
 
 
Y recordó las privatizaciones de los 90; los índices de desempleo, la caída de la industria durante el gobierno de Carlos Menem, el derrumbe de la crisis de 2001. Y recordó, en particular, el rol de Cavallo, uno de los máximos referente de Milei; y de Melconian, el líder de los equipos técnicos económicos de la ex ministra de Mauricio Macri.
 
 
La vicepresidenta hizo cierto espacio, aunque mínimo, para hablar de las discusiones políticas al interior del frente. En el comienzo apenas mencionó a Sergio Massa, a quien evitó respaldar durante las semanas que siguieron a las elecciones. Pero cuando llevaba casi una hora de discurso dijo que “valora inmensamente la decisión de decirle a los argentinos y a las argentinas la verdad, que nos obligan a devaluar”, en referencia al Fondo Monetario Internacional. A Alberto Fernández, directamente, lo ignoró. Y luego se despachó largamente sobre las condiciones del acuerdo y la renegociación con el organismo multilateral de crédito.
 
 
Los referentes del kirchnerismo la miraron y escucharon desde el palco en el moderno estudio, insonorizado, en el subsuelo de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) que posee el sindicalista de los encargados - SUTERH-, Víctor Santa María. Estaban Máximo Kirchner; el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, a quien CFK quería como candidato en lugar de Massa; el gobernador bonaerense y candidato a la reelección, Axel Kicillof; su compañera de fórmula, Verónica Magario; el ministro provincial Andrés “el Cuervo” Larroque; y el ex ministro de Educación, Nicolás Trotta, director de la UMET.
 
 
También, el intendente de Ensenada, Mario Secco; las legisladoras Lucía Cámpora, los diputados nacionales Eduardo Valdes; e Itai Hagman; y el líder del gremio de los bancarios; Sergio Palazzo, que llegaron sobre la hora a las inmediaciones de UMET, en Once, que se encontraban atestadas de militantes en la previa del discurso de Cristina Kirchner. Mientras las paredes de varios edificios habían sido marcadas con afiches con la leyenda “no a la proscripción de Cristina Kirchner”, en la esquina de Sarmiento y de Ayacucho, La Campora había montado un escenario para emitir el video de Cristina Kirchner dando su charla a puertas cerradas, a media cuadra. Hacia allí se desplazó la vicepresidenta para terminar la jornada de su reaparición, menos de un mes antes de los comicios.
 
 
CFK, sobre el final, les advirtió a sus pares: “No hay que tornarse corporativos. Se puede ser corporativo de derecha, y de izquierda. Porque la corporación es cuando un sector se privilegia sobre el resto, por ahí sin advertirlo. No es un problema de malos y buenos, sino de intereses. Y tenemos que articular los intereses para no tornar indefendible el rol del Estado”.
 
 
Más allá de los incipientes apoyos a su pedido de revisión entre los pocos que fueron invitados a escucharla, durante los próximos días se verá cómo cae la mirada de “realismo extremo” en el peronismo y el kirchnerismo ampliado. Los gremios docentes porteños y bonaerenses, afines al PJ, vienen de una larga discusión con el larretismo en la ciudad por los paros. En particular con la ministra Soledad Acuña, que abrazó como una de sus principales banderas el pago de presentismo para evitar que los chicos pierdan días de clase. Hoy Cristina Kirchner pareció acordar, en pos de una renovación, con las ideas de un sector que siempre consideraron “de derecha”, y que luego de la irrupción del ultraderechista Milei, quedó ubicado prácticamente en el centro.
 
infobae.com

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