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...se presente, le gane a Mauricio Macri y el peronismo regrese al poder.

 

 

No pensemos en la lógica del deseo de cada uno, sino en cómo le funciona la cabeza a la ex jefa de Estado. Y en los antecedentes válidos para analizar qué hará. Cristina nunca se bajó de nada. Y no hizo jamás algo que no le convenga. Por lo tanto la primera pregunta es sencilla. ¿Le conviene bajarse? No.

 

 

Perdería mucho y ganaría poco. Si se baja, por más pactos o acuerdos previos que haya sellado, al otro día, el peronismo la considerará jubilada y lista para ser "triturada".

 

 

Si se baja con la condición de arreglar previamente el copamiento de las listas de candidatos con los chicos grandes de La Cámpora perderá no solo los votos puros de los cristinistas. También perderá las adhesiones de ciudadanos menos politizados que descontarán una suerte de arreglo, con el resto del peronismo, muy parecido a un indulto o una amnistía política.

 

 

Pero, además, como si esto fuera poco, si no va como candidata, puede perder parte del apoyo legislativo con el que cuenta hoy, que no es mínimo ni irrelevante. ¿Y qué pasaría, en cambio, si se presentara?

 

 

Como mínimo, retendría la misma masa crítica de poder que tiene ahora, a lo largo y a lo ancho del país. E incluso podría ampliar su base de sustentación. En especial, si llegara a las PASO, en una relación de paridad con Cambiemos.

 

 

Razonamientos parecidos se podrían aplicar para analizar su situación judicial. La senadora nacional Cristina Kirchner carga hoy con 10 procesamientos, cinco pedidos de prisión preventiva, dos solicitudes de desafuero ante la Cámara alta y una condena firme en segunda instancia. A pesar de impulsar el operativo borrón y cuenta nueva para desplazar al fiscal Carlos Stornelli y voltear así las causas de corrupción, todo parece indicar que su situación procesal se irá deteriorando cada día más.

 

 

Por más de que los fueros la protejan hasta el fin de su mandato, en el año 2022, la dinámica de los juicios la irá acercando cada vez más a la cárcel. Todos sabemos cómo funciona Comodoro Py y los tribunales de alzada. Y Cristina también. Esto es: cuánto menos relevancia política tenga, menos inconvenientes para condenarla los jueces encontrarán.

 

 

Por supuesto, excluyo de este análisis los imponderables y el interés de Cambiemos. Entre los imponderables no incluyo la enfermedad de su hija Florencia. A su padecimiento parece más estar usándolo de herramienta política que de pedido de humanidad. Y el interés de Cambiemos, a esta altura, me parece irrelevante. De hecho, el Gobierno debería preocuparse por gestionar mejor, porque si la economía sigue como viene, ni siquiera lo hará competitivo la inevitable candidatura de Cristina.

 

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